Últimamente, nos hemos hecho eco de una serie de ciberataques a diversos organismos que reflejan dos cosas: en primer lugar, una especie de ciberguerra en la que los datos personales se asemejan al «oro negro» y, segundo, la importancia de tener en guardia y custodia los contenidos para evitar que estos desaparezcan y pongan peligro la continuidad de la empresa.
En relación al primer punto, la última corporación en «sufrir» uno de estos ataques ha sido la Corporación de Internet para la Asignación de Nombres y Números (ICANN), lo que ha provocado una fuga de datos personales sensibles, tales como credenciales, emails y nombres y apellidos de empleados y ejecutivos. Igualmente, por si fuera poco, la plataforma WHOIS y al sistema de datos de zona centralizado de la organización (CZDS).
Respecto al ataque en sí, que ocurrió a finales de noviembre, preocupa principalmente por la cantidad de información del WHOIS de usuarios, aunque la gravedad es baja, ya que no se espera que esto afecte a páginas webs u otro tipo de plataformas, según ha informado Hipertextual.