El tercer estudio anual CISO 2014 (Chief Information Security Officer) de IBM, que tiene como objetivo conocer las estrategias en ciberseguridad de las empresas, ha constatado que el 70 % de los departamentos de seguridad utilizan tecnologías tradicionales y consolidadas para prevenir y examinar intrusiones y vulnerabilidades en la red y detectar malware avanzado. No obstante, casi la mitad de los participantes refleja una importante carencia: la implantación de una nueva tecnología que evite filtraciones de información así como reforzar el uso de los dispositivos móviles y nubes externas.
En función de lo anterior, cabe señalar que casi un 90 por ciento de las organizaciones están planeando desarrollar iniciativas relacionadas con el almacenamiento en la nube e incrementar el presupuesto para seguridad en este área durante los próximos tres a cinco años. Por el contrario, se ha detectado que, en lo que respecta a la clasificación y obtención de datos y la analítica de seguridad inteligente, la madurez es relativamente baja (54%) y requiere una mayor necesidad de mejora o transformación.
Por último, es fundamental subrayar la importancia que vuelven a tener los responsables de seguridad debido a la progresiva evolución de los ciberataques, lo que significa que ejercen una influencia destacada en las organizaciones. Asimismo, el 71% asegura contar con el apoyo necesario para desempeñar su trabajo de forma eficiente.