La ciberseguridad no solo se basa en complicados programas, copias de seguridad y protección de datos. El sentido común juega un papel importante.
¿Cuántas veces hemos compartido fotos o vídeos de nuestros hijos en las redes sociales? Eso tiene un nombre, sharenting. Es una mezcla entre dos palabras inglesas, “share” y “parents”, “compartir” y “padres”. Una formación gramatical sencilla que refleja este hecho cada vez más habitual entre los padres. Se estima que es superior al 80% la presencia de niños menores de 6 meses en las redes sociales.
¿Es necesario que compartamos constantemente las fotos de menores en aplicaciones de mensajería o redes sociales? Estas informaciones pueden llegar a las manos equivocadas y suponer un problema para el menor. Ciberacoso escolar, suplantación de identidad o grooming pueden ser problemas graves a los que estamos exponiendo a nuestros hijos.
La huella digital
Estadísticas de Ofcom afirman que más de la mitad de personas entrevistadas creen que a sus hijos les parecerá bien que hayan compartido sus fotografías, y únicamente el 15% están preocupados de su futura reacción. La huella digital que genera cada foto que subimos de nuestros hijos le puede perseguir y condicionar en su vida adulta. El sharenting está de moda.
Estamos creando un background peligroso de información que no sabemos cómo puede marcar a nuestros pequeños. ¿Estarías de acuerdo con que tus padres hubieran subido esas imágenes de ti? Plantéatelo y tendrás una respuesta.
Soluciones legales
La rápida evolución de este fenómeno ha impedido legislar a la velocidad adecuada. Ahora mismo, las leyes indican que debe prevalecer el bienestar del menor en cualquier caso y que éste puede decidir sobre su propia imagen a partir de los 14 años. La Ley de Protección de datos de carácter personal es escueta en este tipo de contenidos.
Por tanto, y como señalábamos al comienzo de este artículo, el sentido común cobra vital importancia en el proceso de elección. Reducir la exposición de nuestros menores cercanos en la red es un buen método para asegurarnos de evitar futuros problemas. No es estrictamente necesario compartir fotos con nuestros niños/as, y en caso de hacerlo, hay fórmulas alternativas. Privatizar nuestros perfiles para que no pueda acceder gente a la que no conozcamos o amigos de amigos, crear álbumes digitales para mostrar en persona o compartir nuestra información con grupos de difusión reducidos.
También podemos optar por ser sutiles, hay muchas maneras de compartir nuestras imágenes con niños sin que se les identifique. Fotografías de espaldas, usar emoticonos, pixelar, etc.
Nuevas tendencias que absorben a la sociedad sin que muchas veces esté preparada para ellas.
Toda tu información de ciberseguridad y términos como el sharenting con ValoraData